
Son miles los sistemas de calefacción de entre los cuales podemos elegir cuando necesitamos climatizar nuestra vivienda; algunos son más novedosos y modernos que otros, mientras que existen aquellos que nos ahorran varios euros al mes. A la hora de optar por alguno de estos aparatos, debemos tener en cuenta varios factores: necesidad de calefacción, costos (tanto de consumo como iniciales y de instalación) que estamos dispuestos a pagar, el mantenimiento que le daremos al equipo y cuán ecológico será.
El acumulador de calor cumple con varios de estos parámetros que señalamos anteriormente. La principal ventaja de utilizar la energía eléctrica para climatizar el ambiente es el precio que pagamos; muchos lo ignoran pero durante los últimos 4 años, el precio de la energía eléctrica ha disminuido y nada señala que no lo seguirá haciendo. La calefacción con fuente eléctrica es una de las más accesibles y a su vez no sufre las fluctuaciones que pueden darse con respecto al precio del petróleo.

Cuando tenemos que definir lo que es un acumulador de calor podemos decir que es un aparato cuya función es almacenar (o acumular) energía calorífica durante un lapso de tiempo, con el objetivo de liberarla luego de forma lenta y homogénea controlando su flujo. Esto los convierte en los mejores aparatos de calefacción ambiental, ya que utilizan las horas nocturnas para realizar el almacenamiento de calor aprovechando así el bajo costo de la tarifa nocturna. Debemos señalar que el costo de utilización se reduce entre un 40% y 50%, ya que el costo de las horas nocturnas es considerablemente más bajo que el de las diurnas.
Su mantenimiento es prácticamente nulo y, a su vez, se trata de sistemas de calefacción ecológicos: no desprenden humos ni gases debido a que utilizan la energía más limpia del mercado.
Tipos de acumuladores y los elementos que lo componen
No existe un solo tipo de acumulador de calor, en el mercado podemos encontrar una gran variedad de ellos que se clasifica por su forma de transmitir el calor. Tenemos los acumuladores dinámicos, los cuales nos otorgan el calor por el proceso de radiación, su convección se realiza de manera forzada a través de una turbina que se encarga de hacer circular el aire por los canales que este aparato posee. De acuerdo al modelo elegido, la turbina puede contar con regulador de revoluciones.
También podemos elegir los acumuladores estáticos, son similares a los dinámicos, ya que también se cede el calor por la radiación pero el proceso de convección, a diferencia del acumulador de calor dinámico, es natural. Los mismos constan con una entrada de aire en su parte inferior y el calor se regula mediante una pequeña compuerta.
Cualquier sea el tipo de aparato del cual dispongamos todos poseen partes fundamentales para su correcto y eficiente funcionamiento: uno de ellos es la resistencia. Éstas se colocan en cavidades que están en el interior del núcleo del aparato, lo que hacen que puedan calentar toda la masa del refractario de forma uniforme. Luego contamos con el bloque acumulador, el mismo está formado por placas de tipo refractarias que deben tener un calor elevado y una alta densidad, esto se debe que la capacidad de almacenamiento está íntimamente ligada a estos dos parámetros.
El acumulador de calor como todos los aparatos poseen un sistema o dispositivo de seguridad, en este caso es un limitador térmico o un termostato. Los mismos se emplean para desconectar el aparato en caso de que exista una temperatura muy elevada o inadecuada. A su vez, cuentan con un aislamiento térmico que se encuentra rodeando el núcleo del acumulador que tiene como función principal evitar que una alta temperatura dañe al aparato o a su funcionamiento.
Ventajas comparativas con otros sistemas de calefacción
Este tipo de sistema de calefacción posee varias ventajas, entre ellas tenemos la instalación, la cual es sencilla y no necesita obras. Estos aparatos nos brindan calefacción las 24 horas del día obteniendo un bajo consumo, no necesitan depósito de combustibles, pueden instalarse tanto en edificios de una construcción nueva como en edificaciones antiguas.