El labrador es un perro de tamaño medio, de contextura fuerte, sólido y robusto. Su cráneo es ancho. El pelaje puede ser de color blanco, canela, chocolate o negro. Las orejas de tamaño mediano que cuelgan, su mandíbula es fuerte y su cuello tiene un aspecto de poderoso. En cuanto al cuerpo es ancho y profundo con fuerte lomo.
Sus características físicas son:
Altura: los machos entre 56-60 cm y las hembras entre 54-56 cm.
Pelambre: pelo corto y denso, los colores pueden variar desde el blanco hasta el negro.
Cola: su rabo es ancho, característico de la raza, estrechándose mientras se acerca a la punta.
Historia del labrador
Originalmente criado para la caza, el labrador procede de las tierras del norte de América (la península de Terranova), acostumbrado a temperaturas frías y a las duras jornadas de trabajo, hacen que tenga un carácter disciplinado.
Se conoció con el nombre de perro menor de Terranova.
Tener en cuenta su resistencia al frío y su vocación de nadador, esto le servía durante las jornadas de caza en las zonas de los lagos del norte. Los primeros registros en Inglaterra son del año 1825.
Es el perro lazarillo para no videntes por excelencia. También es entrenado para la detección de bombas, drogas y minas antipersonales gracias a su buen olfato y la facilidad con que aprende.
Resumen sobre el Perro Labrador
El labrador es un perro disciplinado, tranquilo, amigable, alegre y para nada agresivo. Es altamente recomendado como perro de familia, pero tener en cuenta que necesita ejercicio, caminar o correr una distancia de aproximadamente 10 km. diarios; si esto no es posible, se debe controlar exaustivamente su dieta. Es muy buen nadador y ama arrojarse al agua, piscinas, lagos, ríos e incluso tinas repletas. Es buen cazador, obediente y dócil.
Recomendación y cuidados del labrador
El perro labrador tiende a la obesidad. También padece displasia de cadera y codo. Si bien no requiere demasiados cuidados, el ejercicio debe ser parte fundamental de sus actividades diarias.