Hace aproximadamente 30 mil años (paleolítico superior), grupos de recolectores y cazadores nómadas recorrían Mesoamérica. Este término «Mesoamérica» se refiere tanto a las culturas que existían antes de que arribaran los europeos como a la región en la que se desarrollaron, que incluía los actuales territorios de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
Se cree que estos habitantes cruzaron el estrecho de Bering luego de la baja en nivel del mar fruto de las glaciaciones, provenientes del Asia, que llegaron, incluso, a la Patagonia argentina ya por el año 9000 a.C. Se supone que fueron movidos por la necesidad de cazar animales extintos en otros lugares del planeta.
En las ruinas de Tlapacoya se han encontrado restos de unos 22 000 años de antigüedad, como huesos y artefactos de piedra. El “hombre de Tepexpan”, que en realidad es una mujer, son restos mortales hallados en esa ciudad que datan del año 8 000 a.C. Alrededor del 2500 a.C. datan las evidencias arqueológicas de la primera alfarería.

En el año 2000 a.C. los grupos nómadas se vuelcan al sedentarismo y a basar su supervivencia casi exclusivamente en la agricultura (intensiva), actividad cuyos primeros vestigios se remontan 7 000 años antes. Aquel mismo año (2000) marca también el periodo denominado preclásico que se extenderá hasta el año 100 d.C. Esta etapa histórica se caracteriza por la dependencia que generan los habitantes de Mesoamérica de la agricultura como principal elemento de supervivencia, acompañado de un profundo cambio en la organización social, asentado en las creencias religiosas. La tribu se transforma en aldea y luego en grupos de aldeas dominadas por una de ellas, que poco a poco será el centro de la comunidad. En el año 800 aC. surge en el golfo de México el pueblo Olmeca, la cultura más importante de este periodo. Otros de los pueblos de esta era, los zapotecas, innovan en los métodos utilizados para la agricultura y en la construcción en general, con la utilización de piedras, que representó una importante evolución en estas ramas. Desarrollaron un sistema de escritura y dieron muestras de profundos conocimientos astronómicos. (se encontraron los primeros calendarios que se cree, serían la base de los famosos calendarios mayas).
Período clásico

El período clásico está comprendido entre los años 100 al 800 de la era cristiana. Se caracteriza por la evolución de las instituciones sociales y políticas desarrolladas en el periodo anterior. La religión continúa siendo el centro de poder de las ciudades dominantes, en una sociedad que se sabe altamente estratificada. El señor de una ciudad era un hombre-dios que encarnaba en su persona a una de estas divinidades. Estos habitantes profundamente obedientes a dioses más poderosos e importantes que el periodo anterior debían el mismo servilismo a su representante en la tierra: el sumo sacerdote a que hacíamos referencia. Esta es una etapa marcada por los sacrificios y las ofrendas de toda índole. Se establecen relaciones comerciales entre las ciudades más importantes como Tlaxcala, Coliman, Oaxaca, Teotihacan, México y Puebla. Hay que destacar el papel de Teotihuacan como centro religioso y comercial de Mesoamérica y del mundo. Junto con China, India, Perú y Egipto representan los primeros estados complejos de la historia de la humanidad. Para el año 400 de nuestra era se cree que poseía alrededor de 200 000 habitantes, que le otorgaron a la ciudad un esplendor del que disfrutarían durante 300 años, desapareciendo repentinamente en virtud de causas que aún hoy no tienen explicaciones certeras.

Pero si hay una civilización que merece destacarse, entre otras del periodo como la purepecha y la mexica, es la del pueblo Maya. Desarrollada en los actuales territorios de Honduras, Bélice, Guatemala y los estados de Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, esta cultura se caracteriza por la arquitectura absolutamente avanzada, la invención de la numeración larga y el cero. Lo mismo sucedió con su cerámica y la construcción de sus tumbas con techos abovedados. (Símbolo de diferentes grados sociales).
Sus edificios no eran construidos como albergue de la población sino como centros de observación astronómica, ciencia que desarrollaron con excelencia, logrando un gran conocimiento de las estaciones, que junto con las matemáticas y la botánica les permitieron mejorar mucho su calidad de vida (las cosechas por ejemplo). Los mayas tenían un dios supremo además de otras deidades, a quienes prodigaban muchos sacrificios. Cada uno de los estados mayas ubicados en los distintos territorios antes descriptos luchaban entre sí y con sus vecinos para su anexión a los dominios del hombre-dios vencedor. Debajo de este gobernante (halach uinic) existía toda una jerarquía y estratificación social bien diferenciada. Igual que los habitantes de Teotihuacan no se conoce con certeza el motivo por el cual sucumbió este pueblo de manera intempestiva.
Período Posclásico

El periodo posclásico está comprendido entre los años 800 d.C. hasta la conquista española (1521). En esta etapa varios pueblos llamados chichimecas, moradores de la zona allende al límite septentrional de Mesoamérica, avanzan hacia el sur en busca de los recursos de los que, por diferentes motivos, se vieron privados. El proceso, de 300 años de duración, provocó cambios estructurales en la geografía política y social de los territorios. Tula, centro de uno de los pueblos chichimecas: los toltecas, impuso la veneración por Quetzalcoatl, que tendrá gran trascendencia al momento de la conquista española. Aproximadamente en el 1320 los mexicas (primer pueblo en la historia que implanta la educación obligatoria e igualitaria) realizan la construcción, al ver una serpiente siendo devorada por un águila, de una de las ciudades más espectaculares de la historia conocida: Tenochtitlan, cuya hegemonía se impondrá pronto sobre el área central de estos territorios y que extenderá hasta el sur.
Gracias a construcciones ingeniosas sobre los lagos circundantes tornan a esta ciudad en un bastión militarmente inexpugnable. Su economía se basaba en la agricultura y en los tributos de los pueblos sometidos. El imperio azteca fue gobernado por Moctezuma Ilhuicamina, sucedido por Axayacatl, Tizoc y Ahuizotl. El sometimiento sobre los pueblos vecinos también hallaba justificación por los sacrificios humanos que realizaban, para los cuales necesitaban prisioneros. Setenta edificios rodeaban al Templo Mayor, muchos de ellos reservados para el gobierno y el culto, y algunos con forma piramidal; grandes calles y acueductos. Tenochtitlan fue un imperio que parecía no tener rivales. Su último gobernante, Moctezuma II fue un verdadero tirano, quien sucumbió junto con sus dioses a los nuevos, llegados de más allá… del océano, hombres-caballo que no conocieron otra palabras que “conquista” y “destrucción”.
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