Aumento de la resistencia física: con un sueño reparador, nos cansamos menos y tenemos una mayor resistencia aeróbica, lo cual es fundamental para los deportistas. Los atletas que duermen 10 horas, mejoran sus tiempos de competición.
Mejora los niveles de atención: los niños no reaccionan de la misma forma que los adultos cuando hablamos de la falta de sueño. Un niño de entre 7 y ocho años que duerme menos de 8 horas tiene mayor probabilidad a ser hiperactivo, distraído e impulsivo.
Protección cardíaca: estudios revelan que las personas con falta de sueño continuo (insomnio) tienen 3 veces más probabilidades de sufrir una patología cardíaca, que los que descansan las horas necesarias diariamente.
Nos vuelve más creativos: según la Fundación Española del Corazón, cuando nuestro cerebro se encuentra descansado, la producción de hormonas se equilibra y es así como nuestra memoria funciona de manera más eficiente. Esto conlleva a que nuestra imaginación se dispare.