AnaasfggegegegegegMéxico fue un centro colonial rico al igual que su par: Lima. Fue, además, la base de donde partirían muchos hombres para conquistar más territorios americanos.
En el año 1526 Francisco de Montejo inicia la conquista de Yucatán, empresa que le demandará más de dos décadas, mientras que Nuño de Guzmán hace lo propio en la costa del Pacífico. En 1535 Antonio de Mendoza es instituido como el primer virrey en América. El virreinato significó una nueva forma de gobierno, una entidad político-administrativa establecida por los españoles en los territorios de México y que tuvo jurisdicción sobre partes del sur de los Estados Unidos, las islas del Caribe, Centroamérica, parte de Venezuela y sobre las islas Filipinas. Antonio de Mendoza ejercía, en nombre del rey, el gobierno de Nueva España. Se establecieron divisiones territoriales que se mantuvieron hasta 1776. Ese año se creó la comandancia general de las Provincias Internas, y en 1886, las intendencias. El reino de Nueva España, de Nueva Galicia, de Nuevo León, de Nueva Vizcaya y Nuevo México, eran las denominaciones que adquiría el nuevo mapa colonial. Los gobernantes de los reinos y provincias eran nombrados por la corona pero dependían del virrey. El Virreinato fue un gran centro comercial y cultural.
Se produjeron alteraciones a lo largo de los tres siglos que tuvo vigencia la colonia. Se cree que los habitantes de esta zona, cercanos a los 15 millones se vieron reducidos diez veces debido a las pestes. Entre las características particulares de esta forma de gobierno se intensificó la utilización de la encomienda, que determinó, a su vez, que los indígenas, que constituían la mayor parte de la población, fueran sometidos cruelmente a la explotación española.
Pero la característica principal fue la existencia de clases sociales bien demarcadas (indígenas, esclavos negros, mestizos, negros libres y blancos, y entre estos últimos divididos en peninsulares y criollos). Las diferencias entre estos grupos (sobre todo entre todos los mencionados salvo y en contra de los venidos de España, que monopolizaban los cargos importantes) determinarían más tarde un sesgo al movimiento independentista.
La vida económica del virreinato se apoyaba en las producciones agrícolas y en la minería. Se desarrolló asimismo, sobre todo en las regiones del norte, la ganadería, que dio nacimiento a las corridas de toros locales. En 1536 se crea el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, donde los monjes desarrollaron un respetable sistema educativo. En 1539 se introduce la primera imprenta y en 1553 se procede a la apertura de la Real y Pontificia Universidad de México. Juan Suárez de Peralta, Juan Ruiz de Alarcón y sor Juana Inés de la Cruz, son solo algunos de los nombres que se destacaron en la cultura virreinal. El Barroco se patentizó en todas las construcciones mexicanas cuyo esplendor lo logra en el Siglo XVIII. El virreinato no pudo escapar de la corrupción, los abusos y la ineficacia, motivo por el cual la corona intentará reformarlo en las postrimerías del siglo XVIII, bajo el virreinato de Pacheco, pero sin grandes resultados.
La iglesia católica también jugó su papel en la historia, como no podía ser de otro modo. Adquirió un poder descomunal (a mediados del siglo XIX poseía un tercio de las propiedades y territorios mexicanos), y en pos de evangelizar a los indígenas, se crea en 1571 el Tribunal del Santo Oficio al frente del obispo Juan de Zumárraga, que ya venía aplicando persecuciones inquisitoriales desde el año 1535. Así, el dios que no exigía sacrificios humanos se retiró pronto de estas tierras. La iglesia servía de control político y obtuvo demasiado poder por parte del gobierno central. Esta época estaría signada por la inquisición, la esclavitud (se trajeron gran números de negros africanos), la encomienda y un nuevo mapa económico local que afectaba el antiguo concepto de propiedad y sus formas de explotación. México parece no tener límites para las paradojas y las curiosidades. Así como Cortés llegó el año exacto en que la leyenda auguraba el retorno de un dios, exactamente 300 años después de la caída de Tenochtitlán se produciría una caída aún más estrepitosa: la de las cadenas. Se iniciaría la independencia mexicana.
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