La historia de Latinoamérica se caracteriza muchas veces por sucesos que son muy propios de la cultura de esta región; aunque muchos de estas naciones lamentablemente se vieron plagadas de gobiernos militares, golpes de estado, corrupción de todo tipo, etc., todavía podemos encontrar en Latinoamérica eventos deslumbrantes y acciones que han inspirado a más de un artista o pensador.
Argentina se caracteriza por tener próceres muy reconocidos a nivel mundial, entre ellos el creador de su bandera, Manuel Belgrano; el libertador máximo de la región latina, José de San Martín y uno de los presidentes más carismáticos de la historia de la humanidad, Juan Domingo Perón. La historia de este país se vio plagada de personajes que movilizaban masas y que llegaban a otorgar el total apoyo a sus líderes; personajes que han despertado el interés de directores reconocidos de Hollywood, como Alan Parker quien llevó la vida de Eva Perón a la pantalla grande con el nombre de “Evita”, protagonizada nada más y nada menos que por la mismísima Madonna.
Sin duda el suceso más importante de este país tuvo lugar el 9 de Julio de 1816, cuando se declaró la independencia del mismo, un proceso de independización que venía gestándose desde Mayo de 1810.
Un poco de historia
Para conocer la importancia de lo acontecido el 9 de Julio de 1816, es necesario relatar todos los sucesos que conllevaron a la declaración de la independencia de la República Argentina, la cual a partir de esta fecha no dependería más de las directivas del gobierno español. A pesar, de cómo dijimos antes, este proceso ya había comenzado en 1810, se tuvieron que esperar 6 años más para que este país sea totalmente libre. Desde 1810 a 1816 se habían sucedido distintas formas de gobierno; el que presidía Alvear se encontraba lleno de opositores, lo que llevó a su renuncia, pero la necesidad de organizar el país prevalecía, por ende se reunió a otro Congreso. Para esto se convocó a las provincias a que se separaran y que enviaran a sus delegados para establecer el encuentro en Tucumán.
Se eligió esta región debido a que las provincias no simpatizaban con los “porteños” y alegaban que la influencia de la hoy capital del país siempre prevalecía sobre las demás, de esta forma, estableciendo la reunión en Tucumán, se evitaba la irritación del resto de las regiones. Cada una de las provincias debía nombrar un diputado por cada 15.000 habitantes; el Congreso se estableció el 24 de Marzo de 1816 y llevó a cabo sus funciones hasta 1820, primero en Tucumán, luego se mudaría a Buenos Aires. El 9 de Julio de 1816 se leyó la propuesta de independencia presentada por la Comisión, no se votó, ni se discutió ya que todos los presentes aclamaron con gran devoción la idea que leyó el Secretario Juan José Paso.
El 9 de Julio de 1816 todos concordaron que deseaban que las provincias unidas fuesen una nación libre e independiente de la corona española; cuando la excitación fue menor, se procedió a confirmar de forma individual el voto, e inmediatamente se escribió el Acta que alberga la Declaración de la Independencia. Los criollos eran por fin libres y capaces de generar su propia historia en su propia patria; de todas maneras esta independencia no indicada una libertad total del Rey y su metrópoli, sobre todo cuando se dependía de otras potencias como Portugal e Inglaterra, por esto, uno de los congresistas llamado Medrano, propuso 10 días más tarde, incluir un agregado que decía “libre e independiente del Rey Fernando VII, su metrópolis y sucesores, y toda otra dominación extrajera..”
La “casita” de Tucumán
La casa de Tucumán tuvo su importancia el 9 de Julio de 1816; Francisca Bazán de Laguna era su dueña, fue ella quien la cedió voluntariamente para que allí se estableciera el Congreso que debía reunirse en la región. La casa está ubicada hoy en Constitución 151, antes conocida como calle del Rey; su fachada ha cambiado, en especial sus columnas tan características; la misma se había construido a fines del siglo XVIII, tenía un solo piso y los cuartos limitaban con un patio central. Cuando el Congreso pasó a Buenos Aires, el edificio retornó a sus antiguos dueños; en 1869, el Gobierno la compró para destinarla como oficina de correos modificando su parte interna y recién el 12 de Agosto de 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional.